Son dos beneficios en uno. Cuando juntamos un montón de tapitas de envases de pet estamos facilitando el reciclaje y beneficiando al medio ambiente, aunque también contribuimos a que alguien pague su tratamiento contra el cáncer.
Cada año se producen más de 30 millones de toneladas de pet en el mundo y un promedio de ocho millones de toneladas son vertidas en los océanos, lo cual equivale a vaciar en ellos un camión lleno de basura cada minuto.
Por eso pensar en el reciclaje de pet debería ser una prioridad, de manera que reduzcamos considerablemente la huella de carbono creada por la producción de plásticos. Un dato interesante: ¿sabías que para hacer un kilo de plástico se necesitan 1.75 litros de petróleo? Esto es importante saberlo porque el reciclaje ayudaría a reducir el uso de combustibles fósiles.
Pero centrémonos en las tapitas de los envases. En México cada vez son más los sitios donde pueden ser recolectadas. Hay restaurantes, aeropuertos, tiendas, centros de trabajo o escuelas.
Y sí, sólo aceptan tapitas de cualquier color
Todas las tapas de plástico se pueden reciclar: de refresco, agua, lácteos, detergentes, etcétera.
Estas tienen un código de resina 2 y están hechas de polietileno de alta densidad, que es uno de los plásticos más sencillos de reciclar. Cabe destacar que también es un material que ya está pigmentado.
A diferencia de las latas y las botellas de vidrio, las tapas ocupan menos espacio.
¿Qué se obtiene?
Una vez que son llevadas a los centros de reciclaje, las tapitas se lavan, después se separan por colores y son ingresadas a las trituradoras, en donde se convierten en pequeños trozos de plástico.
Esos trozos crean una especie de masa que después será moldeada de acuerdo con el artículo que se quiera producir y que pueden ser desde escobas hasta cubetas, trastes y juguetes.
De ahí también se obtiene la denominada madera plástica, un material rígido con el que se puede construir todo tipo de muebles como sillas, mesas y bancos, así como marcos para ventanas, puertas, botes de basura, tablones para pisos y cercas. Todo esto puede reciclarse y se volverá a usar en otros productos, una y otra vez.
Un poco de historia
En México, esto de recolectar tapitas para ayudar a pacientes con cáncer empezó en Guadalajara, el 29 de septiembre de 2012. El Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde” fue pionero, a través de la campaña “Recicla contra el cáncer”. Primero comenzó acopiando botellas de pet, pero después se redujo a solamente tapitas porque son más fáciles de almacenar y transportar.
Por una buena causa
Su reciclaje para fines ambientales es sólo uno de los motivos por los que las organizaciones recaudan este material, sin embargo, su objetivo principal es recaudar fondos para ayudar a personas que sufren enfermedades como el cáncer.
Después de recibir las tapitas, las fundaciones venden el material a los centros de reciclaje en donde se lleva a cabo todo el proceso de transformación. Los recursos obtenidos son destinados a las diferentes necesidades de estas personas, como medicamentos, quimioterapias o artículos como muletas, camas, sillas de ruedas o andaderas.
Hay fundaciones que, con los recursos obtenidos por la venta de tapitas, ponen en práctica un programa que consiste en cumplir un sueño para niños en fase terminal, puede ser visitar la playa, viajar en globo o ir a algún lugar que deseen.
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