El jugo de betabel y zanahoria se ha convertido en una opción popular entre quienes buscan mejorar la salud de manera natural. Según diversas fuentes especializadas y estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta bebida cuenta con increíbles propiedades que pueden tener un impacto positivo en el organismo si se consume diariamente, especialmente horas antes de la primera comida del día: el desayuno.
Una combinación rica en nutrientes
Esta combinación de planta y verduras destaca por su alto contenido de vitaminas, minerales y antioxidantes. El betabel es conocido por ser una excelente fuente de hierro, ácido fólico y antioxidantes como los nitratos naturales, mientras que la zanahoria aporta vitamina A, betacarotenos y fibra. Esta inyección de nutrientes contribuye a fortalecer el sistema inmune, mejorar la salud de la piel y aumentar los niveles de energía.
En ese sentido, el beber este jugo en ayunas puede potenciar sus efectos, ya que el cuerpo está más receptivo para absorber los nutrientes después del período de descanso nocturno. No obstante, existen cambios más específicos en el organismo como los siguientes:
Mejora de la circulación y la salud cardiovascular
Una de las principales propiedades del betabel es su capacidad para favorecer la circulación sanguínea. Los nitratos presentes en esta raíz ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, lo que mejora el flujo de sangre y reduce la presión arterial. Este efecto es particularmente beneficioso para quienes buscan prevenir enfermedades cardiovasculares.
Por otro lado, la zanahoria contribuye con antioxidantes como los flavonoides, que también promueven la salud del corazón al reducir la oxidación de las grasas en el torrente sanguíneo.
Por otro lado, la zanahoria contribuye con antioxidantes como los flavonoides, que también promueven la salud del corazón al reducir la oxidación de las grasas en el torrente sanguíneo.
En cuanto a la visión, los betacarotenos de la zanahoria son esenciales para el mantenimiento de una vista saludable, ya que contribuyen a proteger los ojos contra los daños causados por la exposición a la luz y el envejecimiento celular.
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