Los animales (insectos, aves, reptiles, arácnidos, mamíferos, etc.) que se especializan en realizar la polinización son realmente imprescindibles para mantener el equilibrio de los ecosistemas terrestres A nivel global, se estima que más de un 80% de las plantas que producen flores necesitan de estos agentes para poder reproducirse. Además, varios centenares de cultivos como los manzanos, almendros, las fresas o los melones, entre otros, también dependen de que algún agente polinizador como las abejas u otros insectos hagan su labor.
¿Qué es un polinizador?
Se le llama polinizador al agente que participa activa o pasivamente en la polinización de las flores. Un acto imprescindible para la reproducción de las plantas angiospermas (con flores). Es agente biótico, en este caso un animal (insecto, ave, etc.) que transporta el polen de una flor a otra. La biofilia o polinización por vectores bióticos, tiene una enorme importancia tanto para la agricultura, como para la preservación de la biodiversidad.
Lo recoge en el órgano masculino de la flor, que se denomina antera. Y lo deposita en el órgano femenino o estigma. De esta manera, los gametos masculinos contenidos en los granos de polen se unen con los óvulos. Este proceso de fertilización en plantas se llama singamia y tiene como objetivo producir semillas que sean fértiles.
Un descenso alarmante
Un escenario en el que no existan polinizadores no es probable a corto plazo. Pero si continuamos con nuestro ritmo de vida a costa de todo, sin dudas podría mos acabar con los principales. De hecho, en el último siglo se han producido pérdidas importantes en cuanto a la cantidad y biodiversidad de polinizadores.
De estos declives el más conocido es el de la apis melifera o abeja de la miel. Pero no es la única especie afectada. Muchos abejorros y abejas solitarias, de las que solo España cuenta con más de 1000 especies, también están pagando las consecuencias de nuestra negligencia y egoísmo.
Las causas más comunes de este declive son variadas. Las principales son el empleo indiscriminado y excesivo de pesticidas y agroquímicos y la reducción de sus hábitats naturales. Pero también son atacados frecuentemente por parásitos y otras enfermedades. A ello deben sumársele los perniciosos efectos del cambio climático y el calentamiento global, que altera sus ciclos reproductivos y de alimentación.
Un cambio en el tipo de agricultura, pasando de la intensiva a la agricultura ecológica, seria de gran ayuda para la supervivencia de los polinizadores. Y con ello no solo ganarían los insectos y los demás agentes biofilos, sino que esto redundaría en beneficio de todas las especies que dependen de los vegetales para sobrevivir. Incluso la nuestra.
Polinización y seguridad alimentaria
Más allá de que la naturaleza se ve afectada directamente y de manera negativa, la seguridad alimentaria mundial depende de que los animales que intervienen en el proceso de polinización, no solo no desaparezcan, sino que proliferen.
En el mundo hay más de 8000 millones de personas que necesitan de los vegetales con flores para poder alimentarse. Hay que tener en cuanta que de todos los vegetales que existen en la faz de la tierra, la alimentación depende mayoritariamente de alrededor de 30 cultivos. Y la mitad de ellos deben recurrir a la polinización para poder reproducirse.
Aunque nos parezca mentira, sin agentes de polinización, cultivos como el del té, el café, el cacao o la mayoría de los árboles frutales serían incapaces de fructificar si no hay agentes polinizadores. Esto es algo que deberíamos tener muy presente cada vez que usamos un insecticida o colaboramos comprando productos que no son producidos por la agricultura ecológica. En nuestras manos está cambiar las cosas. Porque la dieta humana no solo sería aburrida sin ellos, sino que resultaría peligrosamente pobre en nutrientes.
*ecoticias
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