Hace 420 años, el 17 de diciembre de 1603, Johannes Kepler observó la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno. Y con ello se descubrió un error en el calendario cristiano.
La observación de Kepler
Poco antes de la Navidad de 1603, el 17 de diciembre, el matemático y astrónomo imperial Johannes Kepler observó al amanecer la conjunción de los planetas Júpiter y Saturno, que parecían forman un único lucero, fenómeno llamado conjunción o Gran Conjunción al tratarse de estos dos planetas.
Kepler, conocedor del movimiento planetario, calculó cuando habría ocurrido otra Gran Conjunción. Calculó que al final de febrero pero del año 6 a. C. (1600 años antes), Júpiter atravesaba el firmamento para encontrarse con Saturno en la constelación de los Peces, pero el Sol se hallaba también en los Peces y su luz ocultaba a los planetas. El 12 de abril ambos planetas efectuaban su Orto Heliaco o salida, es como se designa en astronomía a la primera salida de un astro en el crepúsculo nocturno.
Según los cálculos de Kepler, el 29 de mayo del año 6 a. C. la Gran Conjunción fue visible al amanecer. Le siguió otra el 3 de octubre del mismo año y por tercera y última vez el 4 de diciembre.
Gracias a las matemáticas, conocemos las fechas de la Gran Conjunción, la última sucedió en diciembre de 2020 y la siguiente ocurrirá en noviembre de 2040.
Sin esperarlo, los cálculos de Kepler revelaron un error en el cómputo llevado por los cristianos y ese error nunca fue corregido y perdura en la actualidad.
Los Reyes Magos
El evangelista Mateo dice en el capítulo 2 versículo 2 sobre los Reyes Magos: “(…) pues vimos su estrella en Oriente y venimos a adorarle…”. Los Reyes Magos eran, al parecer, astrólogos de la escuela de Sippar, herederos de los antiguos observadores babilonios. Y prosigue Mateo: “(…) y he aquí que la estrella que habían visto en Oriente, les precedía” (Mateo 2, 10).
Es posible que las observaciones fueran hechas desde Babilonia, en donde se situaba el centro de los estudiosos del cielo en la escuela de Sippar. Los astrólogos, conocedores de los movimientos planetarios, vieron como Júpiter y Saturno formaban un solo lucero en el horizonte occidental, en dirección a Judea.
Desde el reinado de Nabucodonosor, rey de Caldea, millares de judíos vivían en la esplendorosa Babilonia y muchos pueden haber estudiado en la escuela astrológica de Sippar.
Observaron una aproximación entre Júpiter y Saturno de gran esplendor; no hay que olvidar que Saturno (Shabetai) era considerado el protector del pueblo de Israel. Tal conjunción en la constelación de los Peces, conmovió a los astrólogos judíos, pues según la interpretación, significaba la aparición de un rey poderoso en la tierra de occidente, en la tierra de sus padres y ancestros.
El hecho de asistir a ello, verlo con sus propios ojos, motivó el viaje de los astrólogos o Magos de Oriente.
Kepler descubre un error en el cómputo
Los cálculos de Kepler muestran un error en situar el nacimiento de Jesús. Los cristianos lo celebran el 25 de diciembre; las investigaciones de historiadores y teólogos concluyen que el 25 de diciembre del año 0 no es la fecha real del nacimiento de Jesús.
Como se sabe, el monje escita Dionisio el Exiguo, el abad más erudito de Roma, recibió el encargo de determinar la fecha del nacimiento de Jesús para conocer cuando había iniciado la era cristiana.
Fue en el año 533 cuando Dionisio estableció una cronología a partir del nacimiento de Jesús; no colocó un año cero, pues entonces no existía el concepto de cero, que debería intercalarse entre el año uno antes y el año uno después de Cristo. Además, por error, no contó cuatro años de los que el emperador Cesar Augusto reinó en el enorme Imperio Romano bajo el nombre de Octavio. Tampoco contó los años del protector Cirilo o los de vida del rey Herodes.
De acuerdo con los cálculos que dejó Dionisio, se celebró por primera vez la Navidad el 25 de diciembre del año 554 y fue reconocido por el emperador Justiniano. La Navidad coincide con la festividad romana Dies Natacie Invicti, día del nacimiento del jamás vencido, celebrando el solsticio de invierno. Además coincide con el último día de los saturnales, que se habían convertido en una semana de desenfreno, lo que permitía a los cristianos celebrar con austeridad el nacimiento de Jesús, con la seguridad de no ser perseguidos.
La Estrella de Belén es la conjunción de Júpiter y Saturno ocurrida en el año 6 antes de nuestra era (a. C.) (o 7 a. C. sin contar el cero). Herodes el Grande murió en el año 4 antes de Cristo, y según San Mateo, “nacido Jesús en Belén de Judea en los días de Herodes el Rey…”, lo que significa que Jesús debió nacer antes del año considerado como su nacimiento y ese es el error no corregido.
La conjunción de Júpiter y Saturno coincide con la fecha de cuando debió ocurrir el nacimiento. Esto prueba la veracidad, la precisión y la sutileza del descubrimiento de Kepler.
*Germán Martínez Hidalgo | Sociedad Astronómica de Puebla Germán Martínez Hidalgo A. C. (Fragmento del artículo La Estrella de Belén)